Sábado 26 de Noviembre de 2011
Si que estoy mal, este fin de semana me emborrache DOS VECES –al grado que termine abrazando a mi mejor amigo; el escusado. Primero el Jueves por la noche. Me puse una “buena” de tinto, pero tan buena que no recuerdo muchas partes de la noche. Lo último que recuerdo es que Daniel dijo; “vamos a comer pizza”. No recuerdo haber caminado al lugar, ni que estuviera cerrado y que terminamos yendo a un local de hamburguesas donde tuve una charla con uno de los dueños sobre la ciudad de San Diego… Al día siguiente me levante con la cola entre las patas, llevaba sobre mí una PENA tan grande, pero tan grande que no quería verle a nadie la cara….
La segunda, EL sábado por la noche. Cansado de beber lo mismo de siempre –tinto y cerveza hoy convencí a mis compañeras de piso para que compráramos una botella de José Cuervo (el único tequila Mexicano que venden aquí aparte del Sauza Blanco). Y así fue. Fuimos Daniel, Leah y yo a comprar tal botellita al sol. Súper emocionado con nuestra compra les hice a todos “palomas” (entre comillas por qué no encontramos refresco de toronja y terminamos usando refresco de limón). Todo iba súper bien; nos acabamos la botella de caballito a caballito y dejamos el piso como a eso de la media noche. Llegamos a Low Cost Bar –el lugar de siempre y fue ahí que las cosas que complicaron. No entiendo el porqué pero les caemos súper bien a los chavos de la barra –siempre nos regalan tragos y demás. No pasaron ni dos horas cuando de tanta cerveza y chupitos de tequila gratis… sentí que era tiempo de regresar a casa. Claro, todo me daba vueltas…
No recuerdo muy “bien” el recorrido a casa, ni que le haya dado un beso a Leah en la boca…. Lo único que recuerdo es que termine de nuevo en el bañó…
Esta es la primera vez en mi vida que me emborracho dos veces seguidas… Usualmente aprendo mi lección y no me vuelve a pasar lo mismo hasta semanas o meses después. No sé porque deje que pasara esto… no se porque deje que el alcohol me consumiera a mí y no yo a él. Si que estoy mal, pero gracias a Dios no pasó a mayores. –Desde hoy en adelante voy a tener más cuidado con el tipo de vino que compro (ya no voy a comprar vino barato o como le dicen aquí PELEON) y la próxima vez que compre tequila me lo tomare más lento y no dejare que la emoción me gane.
Lección de hoy; ¡tengo que recuperar mi cayo! –jajaja es broma.
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